Cuando tu cerebro decide que no es hora de dormir

Es una noche como otra cualquiera. Toda la familia duerme y decides acostarte también. No es muy tarde, aunque podrías haber retirado antes, las 11 o la media noche ya. Hace calor porque es verano así que te tumbas sobre las sábanas y te sientes muy a gusto, sólo el sonido de algunos grillos algún lejano coche (es lo que tiene la ciudad). Los ojos cerrados y completamente preparada para sumirte en un sueño reparador.
"Hace días que me apetece dibujar un barco. No de esos de pesca, un antiguo buque o un barco pirata, con muchas velas, de madera. Ya mañana..."
"Cómo se vería? Tienen muchas velas. Tendré que pensar bien en las sombras para que se vea movimiento y volumen, porque les da el aire, necesitan la brisa marina para mover el barco..."
"La perspectiva va a ser compleja, se verá muy feo si no lo hago bien, se estropeará todo si no le doy una perspectiva adecuada. Ya mañana..."
"Con color? no, quedará mejor en tonos sepia. La acuarela le dará un acabado precioso. Con dos colores. Negro y café? Sí, quedará como en un pergamino. Y si lo hago a tinta? también quedaría bien. Me queda papel para acuarela? Sí que me queda. Mañana podría hacer un boceto a ver qué tal..."
"Pero qué? la velas se mueven? en un dibujo no hay movimiento de verdad... Maldito seas... Me la estás jugando verdad? "
Llevo más de una hora en la cama y no dejo de dar vueltas y vueltas a la composición, a la postura de las velas y del barco y me doy cuenta de que mi cerebro me la está jugando, no es posible que pueda fiarme de él si el barco se está moviendo en la hoja de papel que flota en mi mente. Los ojos como platos, el cansancio completamente desaparecido ahora así que...
 Me levanto y me siento en el sofá indignada y enfadada conmigo misma a partes iguales, debería estar durmiendo desde hace horas ya y aquí estoy. Enciendo la TV, por alguna razón me incomoda mucho estar frente a un televisor apagado, aunque no le haga mucho caso.
Bueno cerebro, vamos a ver quién tenía razón, y ya que no me dejas dormir, aprovechemos el tiempo. 
En " mi sitio del sofá" tengo una mesita plegable de plástico, mi cuaderno de bocetos y un pequeño estuche con unos bolígrafos bic de distintos grosores y colores, lápices HB, goma de borrar, un portaminas de 0,5y un USB. Agarro el lápiz y empiezo a trazar líneas, retocarlas, colocarlas de manera que empiecen a tener sentido. una sombra por aquí, es sólo un boceto, no tiene que estar perfecto. Hay muchas cuerdas, muchas líneas finas pero tienen que verse, tienen que estar ahí, miro alguna referencia, hay un montón de imágenes de barcos. Parece que esto toma forma. Son más de las 4 de la madrugada ya, ahora sí que me voy a dormir...
Te ha pasado alguna vez? Comenta y cuéntame ese día en el que tu cerebro decidió que no era momento de dormir sino de trabajar un poco más y recuerda suscribirte.

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